La contratación de cualquier crédito conlleva ciertos riesgos que las entidades de intermediación financiera y sus clientes suelen mitigar con la contratación de una póliza de seguro que ofrezca cobertura ante situaciones de impago u otras eventualidades que te comentamos en este artículo.
Las dificultades son parte del trayecto de la vida, las cosas no siempre salen a la primera y no hay nada malo en equivocarse, siempre y cuando se tenga la disposición de corregir el error luego de identificarlo. El aspecto financiero no es la excepción. Cuando se trata de manejar préstamos o tarjetas de crédito debemos tener un cuidado especial para no caer en malos hábitos, como la falta de planificación o el consumo por encima de nuestra posibilidad de pago. Es importante evitar entrar en un ciclo negativo de deudas y compromisos financieros difíciles de afrontar, que se verán reflejados en lo que llamamos historial crediticio.
Si bien es cierto que tanto la clasificación regulatoria como el score crediticio son un reflejo o referencia de tu perfil de crédito e inciden en qué tan atractivo eres para que las entidades de intermediación financiera (EIF) puedan ofrecerte un producto, no es menos cierto que te puede surgir la siguiente duda: ¿Por qué no mejora mi score, aunque tenga la mejor clasificación regulatoria posible? Para responder a esta inquietud, primero tenemos que comprender los componentes de ambos indicadores y sus diferencias.
La manera en que pensamos o nos sentimos respecto a nuestras finanzas, puede reflejarse en nuestra salud mental y viceversa. Por lo tanto, si no aprendemos a identificar oportunamente cuando nuestra salud mental se está viendo afectada, podríamos estar impactando negativamente nuestras finanzas, incurriendo en comportamientos como el gasto excesivo. Debemos identificar si estamos cayendo en hábitos negativos en respuesta a alguna situación emocional y no dudar en buscar la ayuda necesaria para corregir nuestra conducta.
Las finanzas son una parte fundamental de nuestro día a día, por el alcance y gran incidencia que tienen en nuestro estilo de vida; por lo tanto, siempre tratamos de implementar herramientas para que nuestro dinero esté seguro.
El historial crediticio es un registro que describe cómo has manejado tus deudas a lo largo del tiempo. Este refleja tu comportamiento de pago y, en base a esta información, se determina qué tan probable es que cumplas de manera idónea con el saldo de futuros créditos. Si por alguna razón has dejado de pagar una deuda al banco u otra empresa, tu historial se verá afectado, lo que significa que las probabilidades de acceder a un préstamo o servicio básico (telefonía, electricidad, entre otros) se reducen. No obstante, existe la posibilidad de que te recuperes y, posteriormente, se borre “la mancha” de impago de tu historial.
Por su naturaleza, el sector financiero es propenso a despertar el interés de delincuentes que buscan generar ganancias a costa de cualquier vulnerabilidad. El riesgo de fraude es real y, aunque las instituciones financieras tienen la responsabilidad de proveer un clima seguro para la interacción con sus clientes, no es menos cierto que los usuarios también deben asumir un rol activo en la protección de sus productos, información y patrimonio.
Como usuario financiero te corresponde el acceso a toda la información de la cual eres titular. La App ProUsuario está a tu disposición desde cualquier dispositivo vía web y te permite mantenerte al tanto de la evolución de tus créditos mediante el módulo Consulta crediticia.
Los cargos y consumos implican débitos de tu cuenta, pero no son lo mismo. Los cargos son aquellos débitos que se realizan en tu tarjeta o cuenta de manera automática por motivo de costos del producto.
Un reclamo recurrente de los usuarios financieros es que su entidad bancaria ha realizado cobros o deducciones sin su conocimiento o autorización expresa.