Una recomendación importante para manejar nuestros productos financieros es la de tener claridad del estatus en que se encuentra cada uno y conocer todas las condiciones que aplican respecto a los mismos, ya que cada acción que tomemos o dejemos de tomar es nuestra responsabilidad y trae sus consecuencias en nuestras finanzas.

 A propósito de esto, ¿recuerdas la cuenta de nómina que tuviste en tu primer empleo hace tiempo? Si no estás seguro de haberla cerrado o tienes mucho tiempo sin realizar transacciones con esta cuenta, puede haber pasado al estatus de cuenta inactiva o, incluso, al de abandonada.

¿Qué hacer en este caso?

Las cuentas inactivas son aquellas que han cumplido tres años sin movimientos de retiro o depósito. Llegado este plazo, tu ahorro continúa generando intereses, sin embargo, tu entidad debe suspender el cobro de comisiones. Para reactivar o cancelar una cuenta en este estatus, solo debes acercarte a tu entidad y realizar esta solicitud.

Ahora hablemos de las cuentas abandonadas. Si tu cuenta acumula 10 años sin movimientos, incluyendo los tres años que transcurrieron antes de ser considerada inactiva, adoptará el estatus de cuenta abandonada. Una vez llegado este plazo los fondos de las cuentas abandonadas pasarán a la custodia del Banco Central y no ganarán intereses mientras se mantengan en esta institución. Una vez allí, el proceso para reclamarlos inicia contactando al Departamento de Tesorería del Banco Central, programando una cita previa al teléfono 809-221-9111, extensiones 3535 y 3413.

Ten pendiente que, si la cuenta abandonada llega a pasar 10 años adicionales en el Banco Central, es decir, un total de 20 años desde que cesaron los movimientos, su saldo será transferido al Fondo de Contingencia y el depósito no será recuperable. Este fondo fue creado para garantizar los depósitos de los usuarios en caso de que una entidad de intermediación financiera sea disuelta.

Las entidades de intermediación financiera tienen el deber de publicar listados de estas cuentas a fin de localizar a sus titulares. Aun así, recuerda que los productos que contratas son tu responsabilidad y debes darles seguimiento constantemente. Lo recomendable es que cierres las cuentas en desuso y mantengas solo aquellas que son necesarias, revisando tus estados de cuenta y dando movimiento a los fondos con regularidad.

El seguimiento constante de tus productos financieros no es una opción. Se trata de una práctica determinante para la detección de anomalías que pudieran afectar tu historial y tu reputación debido a que los productos son tu responsabilidad y cuentan con tu nombre.

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