La educación financiera de tus hijos debe comenzar en casa y, mientras más temprano inicie, será mejor.
El uso inadecuado del dinero es algo común en la vida de muchos adultos. Por esta razón, debes hacer esfuerzos consientes para que tus hijos aprendan a manejarlo responsablemente, considerando que esto les ayudará a lo largo de toda su vida.
Si comienzas a enseñarles desde temprano, estos conocimientos serán de gran provecho en su adultez. Por supuesto, al asumir esta buena práctica debes incorporar un criterio de equilibrio para evitar exponer a los niños a sufrir estrés por razones financieras.
Lo ideal es que la educación financiera se desarrolle en su vida cotidiana, para que se familiaricen con los términos y los conceptos básicos de las finanzas personales.
Involúcralos en los procesos de compras, viendo juntos las ofertas y comparando los diferentes precios que tienen productos similares. Si van a la tienda, hablen sobre las razones para comprar o no algún artículo en oferta, sobre cuándo se sebe comprar un artículo al por mayor o sobre el método de pago que utilizas (crédito, débito o efectivo).
Habla de necesidades versus deseos
Ayuda a tus hijos a comprender la diferencia entre deseo y necesidad. Enséñales a priorizar aquellas cosas que son necesarias ante las que los simples deseos.
Explícales que primero se deben cubrir las necesidades básicas como vivienda, comida y salud, y que los deseos o antojos, como juguetes, vacaciones y salidas a restaurantes, son gastos que se pueden realizar solo cuando las necesidades básicas ya han sido cubiertas.
Si conocen la diferencia entre necesidades y deseos, sabrán cómo vivir dentro de sus posibilidades. Tus hijos entenderán que no pueden gastar todo su dinero solo en satisfacer placeres, y que es importante ahorrar para hacerlo.
Enséñales a tus hijos:
Puedes enseñarles el saldo de su cuenta bancaria o de tarjeta de crédito antes y después de hacer una transacción, esto les mostrará cómo cambia el saldo cuando gastas dinero. El rango de edad recomendado para este aprendizaje comienza entre los ocho a once años, recuerda que en los primeros años el valor del ahorro debe ser su enseñanza principal.
¿Tu hijo o hija te ha dicho “pero podemos pagarlo con la tarjeta”?
Esta frase de seguro es algo común en muchos niños. Dependiendo del método de pago que utilices en tus compras, tus hijos pueden pensar que tienes dinero ilimitado. Esa idea puede provenir del hecho de que, frecuentemente, te ven sacar dinero de un cajero automático o usar tus tarjetas para pagar cosas.
Es vital que les expliques cómo funcionan las diferentes tarjetas:
Enséñales a tus hijos cómo ahorrar
El enseñar a tus hijos cómo ahorrar ayudará a evitar el uso excesivo del crédito y los préstamos en el futuro.
Cuando hables con ellos, conversen sobre las metas que involucran aspectos financieros, por ejemplo, la posibilidad de adquirir un videojuego o hacer una actividad especial.
En la medida en que vayan creciendo, hablen sobre ahorrar para objetivos a más largo plazo, como su educación universitaria o un carro.
Anima y ayuda a sus hijos a establecer metas razonables, iniciando con objetivos de ahorro a corto plazo para que no se desanimen.
También considera contribuir a sus ahorros. Puedes pagar la mitad del costo de un artículo, si ellos ahorran la otra mitad. De esta manera los alentarás a mantener este hábito y habrá menos probabilidad de que se desanimen al ahorrar para alcanzar una meta.
Abre una cuenta de ahorros para cada uno de tus hijos
Inicia buenos hábitos financieros con tus hijos desde temprana edad. Una cuenta de ahorros es una herramienta que les enseñará a ahorrar y también es una forma segura de ahorro para una compra importante.
Identifica las entidades financieras que ofrezcan intereses por los ahorros infantiles.
En estos tiempos de pandemia, donde lo recomendable es no llevar a tus hijos físicamente a la entidad financiera para que ellos mismos hagan sus depósitos, enséñales los volantes de depósitos y el balance disponible a través de las soluciones digitales.
Así mismo, revisa de manera mensual los movimientos de cuentas con ellos. Que visualicen cómo aumenta o disminuye, según vayas depositando o retirando dinero.
Lo más importante: sé un buen ejemplo
Muéstrales a tus hijos buenos hábitos de gasto y ahorro para que aprendan a administrar bien el dinero. Buenos hábitos son comprar solo cosas que puedas pagar, tener un presupuesto mensual, limitarte a la lista en el supermercado, pagar las facturas a tiempo, ahorrar para pagar compras o actividades importantes futuras.
Los niños aprenden observando y copiando a sus padres y tutores, sé un buen ejemplo.