Por su naturaleza, el sector financiero es propenso a despertar el interés de delincuentes que buscan generar ganancias a costa de cualquier vulnerabilidad.
El riesgo de fraude es real y, aunque las instituciones financieras tienen la responsabilidad de proveer un clima seguro para la interacción con sus clientes, no es menos cierto que los usuarios también deben asumir un rol activo en la protección de sus productos, información y patrimonio.
En esta entrega de nuestro blog, queremos ofrecerte una lista de consejos útiles para reducir las posibilidades de que seas víctima de fraude o estafa:
-Protege celosamente información como el número de 16 dígitos de tu tarjeta, la fecha de vencimiento y el código de seguridad de tres dígitos ubicado al dorso o de cuatro números ubicado en el frente de tu tarjeta de crédito. Con esos datos, cualquier persona malintencionada puede realizar compras cargadas a tu cuenta. Ten cuidado con las páginas web en las que introduces estos datos. Al hacer compras en internet, verifica la autenticidad de los sitios antes de hacer pagos.
-A la hora de pagar con tarjeta en cualquier comercio, solicita que la transacción sea realizada bajo tu supervisión. Así reduces las posibilidades de ser víctima de una clonación.
-Siempre que sea posible, solicita a tu entidad financiera que te provea tarjetas con chip de seguridad. Estas son menos susceptibles a fraudes.
-No compartas con nadie tus contraseñas. Trata de memorizarlas y no tenerlas anotadas en ningún sitio. Lo ideal es que las claves bancarias sean distintas a las de otros servicios, ya que dan acceso a tus ahorros y a tus líneas de crédito (tarjeta de crédito o crédito diferido).
-Monitorea con regularidad tus productos financieros, a fin de que detectes a tiempo cualquier anomalía. Te puedes valer de herramientas como la banca en línea, aplicaciones móviles y los servicios de notificaciones instantáneas de consumo por correo electrónico o SMS.
-Asegura los medios de verificación provistos por tu entidad para la realización de transferencias, tales como tarjeta de códigos o toquen. Se trata de herramientas a las que solo tú debes tener acceso.
-Si pierdes cualquiera de tus tarjetas, llama de inmediato a tu entidad para que proceda a bloquearla. En caso de que te suceda con tu tarjeta de débito y no puedas contactar a tu institución financiera por cualquier razón, trata de transferir el dinero a otra cuenta.
-A la hora de utilizar la banca en línea de tu entidad financiera, asegúrate de escribir correctamente la dirección de su sitio en internet. Confirma que el nombre, el logo o cualquier otra señal distintiva sean los correctos. Recuerda que los ciberdelincuentes intentan crear plataformas que luzcan como una página web de confianza con el fin de robarte tus datos confidenciales y tener acceso a tus cuentas.
-Nunca accedas a supuestos enlaces recibidos por correo electrónico o cualquier otra vía enviados a nombre de tu entidad bancaria. Las entidades evitan este tipo de práctica, ya que se trata de un método frecuentemente usado para el robo de información de acceso a productos financieros.
-No respondas a correos, llamadas o mensajes de texto que en los que te solicitan, a nombre de tu entidad financiera, la actualización de información de acceso a tus productos, como tu usuario y contraseña.
-Para mayor seguridad, evita dejar tu correo electrónico abierto en dispositivos que pueden ser usados por otras personas.
-Si vendes un bien a una persona desconocida o que no es de confianza, trata de que te haga el pago a través de un método de realización inmediata, como una transferencia al instante o en efectivo, de modo que no entregues la mercancía hasta confirmar la materialización del pago.
-Trata de evitar la posesión de demasiados productos y servicios financieros hasta el punto de que no puedas gestionarlos correctamente.
-Asegúrate de que, al usar el cajero automático, no haya extraños viendo la información que introduces.
-No ahorres o inviertas en empresas que capten recursos al margen de la supervisión de la Superintendencia de Bancos. Esta práctica incrementa exponencialmente el riesgo de que pierdas tu dinero sin que cuentes con las garantías de protección que ofrece la Ley Monetaria y Financiera. Puedes consultar la lista de entidades supervisadas haciendo clic aquí. De igual manera, las instituciones supervisadas cuentan con el sello de identificación de las entidades de intermediación financiera e intermediarios cambiarios de manera visible en sus oficinas y en sus canales digitales de atención.
Recuerda, si consideras que has sido víctima de algún fraude o estafa, ponte en contacto de inmediato con tu entidad financiera. En el caso de las tarjetas de crédito, los consumos que los estafadores puedan realizar después de que hagas este reporte, son responsabilidad de la entidad financiera. Para cualquier orientación, puedes acudir a ProUsuario.
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