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Las finanzas son una parte fundamental de nuestro día a día, por el alcance y gran incidencia que tienen en nuestro estilo de vida; por lo tanto, siempre tratamos de implementar herramientas para que nuestro dinero esté seguro.

Si bien es cierto que las entidades de intermediación financiera a las que confiamos nuestros fondos están obligadas a implementar medidas de seguridad para evitar inconvenientes, también nosotros podemos tomar ciertas precauciones adicionales para la protección de nuestros recursos. A continuación, te presentamos cinco consejos que te ayudarán a cuidar tus chelitos:

 1. Monitorea tu cuenta

Cuando se trata de productos financieros es de suma importancia “andarle con cuatro ojos” o estar muy atentos a las transacciones que se reflejan en los estados. Este seguimiento te permitirá percatarte con mayor facilidad de cualquier anomalía o transacción no realizada por ti.

Si se realizan pagos de productos o suscripciones mediante débitos automáticos, se recomienda incluir en tu calendario las fechas correspondientes para que puedas confirmar si se aplicaron correctamente y así evitar cualquier contratiempo que se pueda presentar al respecto.

2. Reclama a tiempo

Si al monitorear tu producto identificaste una irregularidad, comunícate tan pronto sea posible con tu entidad de intermediación financiera e inicia un proceso formal de reclamación. Si la irregularidad identificada consiste en consumos que no reconoces, es importante no perder tiempo para reclamar, pues el artículo 30 del Reglamento de Tarjetas de Crédito establece que: “el tarjetahabiente titular dispondrá de un plazo de ciento veinte (120) días, contado a partir de la fecha de corte de estado de cuenta, para objetar un consumo o cargo desconocido por ante la entidad emisora de tarjeta de crédito”.

Por consiguiente, realiza formalmente una reclamación ante tu entidad antes del plazo contemplado en el Reglamento para no correr el riesgo de una inadmisibilidad automática del caso. En este enlace podrás encontrar todo el detalle sobre el servicio de Reclamación ante ProUsuario: https://prousuario.gob.do/servicios/reclamaciones/

3. No prestes tus productos

Piensa en tus productos financieros como si fuesen tus artículos de higiene personal. Al igual que tu cepillo dental, tus cuentas y tarjetas no se prestan. De hacerlo puedes caer en riesgo de verte implicado en crímenes cibernéticos y de alta tecnología. Por ejemplo, si tu producto es utilizado como medio para recibir fondos ilícitos (aunque no tengas conocimiento), puedes tener inconvenientes con las autoridades y restricciones en el sistema financiero. Por lo tanto, sé precavido y no permitas que un favor se torne en un problema legal.

4. Apréndete los últimos dígitos de tu tarjeta

La titularidad de las tarjetas de crédito es más sencilla de identificar, pues en su mayoría incluyen el nombre del tarjetahabiente; sin embargo, las tarjetas de débito son muy parecidas y es más dificultoso a simple vista percatarse si un plástico te pertenece o no. Así que, si retiras efectivo de un cajero automático o disfrutas de una agradable velada en un restaurante, al memorizar los últimos dígitos de tu plástico no tendrás que preocuparte sobre si es tu tarjeta o la de otro cliente.

5. No recibas ayuda al utilizar un cajero automático

Si estás intentando realizar un retiro o avance de efectivo a través de un cajero automático (ATM) o cualquier transacción mediante este tipo de dispositivos, en primer lugar, asegúrate de pararte frente al ATM lo suficientemente centrado para que ninguna persona a cualquier distancia pueda visualizar tu PIN de seguridad cuando lo ingreses.

En segundo lugar, no permitas que NADIE se acerque y mucho menos que intenten manipular el cajero mientras tu plástico esté en uso. De ocurrir, solicítale amablemente que tome distancia hasta que completes tu transacción. Por último, si tu plástico queda retenido en el ATM, de inmediato procede a contactar a tu entidad de intermediación financiera o bloquea el producto desde tu banca en línea.

En resumen, mantenerte vigilante y tomar las precauciones descritas en el presente texto son medidas de seguridad sencillas que, como usuario, puedes adoptar para proteger tus bienes.

 

 

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