(Consulta)
Tengo 27 años, y mi pareja y yo hemos vivido juntos desde diciembre de 2020 y habíamos estado juntos durante aproximadamente un año antes de eso. Nuestra relación va bien en general, y hemos hablado un poco sobre casarnos. El problema es que no le he contado los detalles sobre mi deuda. Él sabe que tengo préstamos estudiantiles, pero como he tenido una prórroga de pago desde el comienzo de la pandemia, los he estado ignorando convenientemente. (Debo alrededor de US$60,000s en total entre la licenciatura y mi maestría en educación, y sí, sé que es malo que esté en negación). También tengo alrededor de US$15,000 en deudas de tarjetas de crédito, contraídas principalmente a principios de mis veinte. Pago los mínimos todos los meses. (Una vez más, sé que esto es malo).
Gano US$66,000 de mi trabajo en el sector educativo docente. El trabajo ha sido increíblemente estresante durante los últimos dos años, de manera que me abrumo al tener que enfrentar mis problemas financieros. También estoy super avergonzada por haber tomado decisiones que me han colocado en esta posición, lo cual es de esperarse que no quiera discutir el tema.
Mi pareja y yo no hemos hablado mucho sobre finanzas. Comenzamos a salir justo antes de la pandemia, por lo que nunca hemos tenido que compartir grandes consumos, como viajar. Tampoco ha sido un problema dividirnos nuestros gastos habituales. Él tiene deudas estudiantiles y ha mencionado ahorrar para comprar una casa y tener hijos en el futuro. Yo también quiero esas cosas, pero me preocupa que mi situación financiera pueda complicar todo. Parte de mí espera poder arreglar esto por mi cuenta y nunca tener que decírselo: este es mi desastre y necesito limpiarlo yo misma. Pero tampoco quiero ocultarlo para que él no se sienta engañado. ¿Cómo puedo resolverlo?
(Respuesta)
Entiendo el apuro en el que estás metida. Es normal querer proteger de tus líos a las personas que amas y sentir que tienes que resolver antes de que alguien se entere. Pero cuanto más tiempo tome tu omisión, más comenzará a parecer una mentira y mayores serán las consecuencias.
Así es que obviamente necesitas contarle a tu pareja. Y puede que se enoje con toda probabilidad. Su reacción es algo que no puedes controlar, pero puedes comunicarte de una manera que establezca bases valiosas que determinen cómo interactuarán juntos (y por separado) a la hora de resolver otros asuntos delicados en el futuro. Además, involucrarlo en tu plan para salir de la deuda también podría beneficiarte.
Sin embargo, antes que nada, vale la pena extenderte un poco de compasión. La pandemia ha sido especialmente dura para los educadores, y aunque eso no es una excusa, es comprensible que no tuvieras el margen para tomar decisiones financieras adecuadas. Además, muchos productos de deuda están diseñados para depredar. Tus acreedores no te prestaron dinero porque son amables. Lo hicieron para obtener ganancias. Por lo tanto, el hecho de que enfrentes dificultades para saldar es muy común, siendo una debilidad del sistema financiero que se ha combinado junto a malas decisiones personales. En otras palabras, todavía necesitas asumir la responsabilidad, pero no desperdicies energía siendo dura contigo misma o avergonzándote por la circunstancia en la que te la que te encuentras.
Podrías pensar que la alternativa responsable sería lidiar con tu deuda por ti misma. Pero eso no es exactamente cierto, dice Chrishane Cunningham, una terapeuta afiliada al Colectivo de Consejería de Chicago. “Hablar con tu pareja sobre tu deuda es parte de asumir la responsabilidad”, explica. “La vida en pareja se trata de trabajar en equipo y enfrentar la adversidad juntos. Y si te diriges hacia el matrimonio, esta es una oportunidad perfecta para trabajar en esas habilidades”.
Ten en cuenta que el trabajo en equipo no significa que debas pedir su ayuda financiera ni que él deba sentirse presionado para ofrecerla. En este punto de tu relación, lo que se puede esperar es que él te ofrezca su apoyo emocional y aliento. Y tienes todo el derecho a pedirlo.
Pero, primero, tendrás que decírselo. “Es importante expresar desde el principio en la conversación que la vergüenza es lo que te ha impedido hablar de esto con él”, dice Cunningham. No estás culpando a nadie, pero quieres ser transparente y clara sobre por qué has mantenido esto en secreto. “Explícale que quieres que construyan una vida juntos en la que sean honestos, y es por eso por lo que se lo estás contando, porque te tomas en serio tu relación y él merece saberlo”.
Esta conversación también irá mejor si te acercas a tu pareja con alguna propuesta concreta que sirva de solución, agrega Cunningham. A nadie le gusta tener un problema tirado en su regazo, y podría sentir que le estás pidiendo que lo resuelva por ti, que no es tu objetivo. Si puedes describir los próximos pasos que estás considerando, por ejemplo, que tienes una cita programada para hablar con un asesor financiero, o has trazado un cronograma para consolidar y pagar la deuda de tu tarjeta de crédito, esto muestra que estás asumiendo la responsabilidad, incluso si la solución aún no está completamente definida.
Luego, tendrás que hacer algo difícil: darle a tu pareja algo de tiempo y espacio para procesar lo que le has dicho. Me tomó años darme cuenta de esto, pero descubrí que las conversaciones más difíciles con mi propio esposo van mucho mejor si las comenzamos con “no necesitas responder a esto ahora. Tómate unos días para pensarlo. Solo quiero expresarlo y podemos hablar de ello cuando estés listo”.
Observe cómo reacciona su pareja a toda esta información. Podría estar enojado o herido porque no se lo dijiste antes. También podría estar molesto porque tu situación podría descarrilar o posponer la visión que tenía para ambos: comprar una casa y formar una familia podría postergarse un poco más. Estas reacciones son válidas, y puedes obtener grandes logros con ellas, pero la forma en que las expresa también es notable. “Presta atención a cómo te trata si está molesto por esto”, dice Cunningham. Ambos están sentando las bases de cómo hablarán sobre el dinero y otros temas desafiantes en el futuro, por lo que es bueno saber en qué se están metiendo.
Tu pareja también podría estar preocupado por el hecho de que la deuda pueda convertirse en suya en el futuro. En un sentido más abstracto, eso será cierto, porque tu situación financiera afectará lo que los dos pueden hacer y pagar juntos. Pero desde un punto de vista legal, cualquier deuda prematrimonial sigue siendo suya después del matrimonio en la mayoría de los estados (Estados Unidos). Así que para bien o para mal, nunca se quedará con esa deuda en contra de su voluntad.
Por el contrario, también existe la posibilidad de que adopte una postura de “lo que es tuyo es mío” y te ofrezca a ayudar con tus facturas. Eso sería muy generoso, pero también podría ser espinoso, especialmente porque aún no conoces por completo la situación financiera de tu pareja. Además, todavía estás en una etapa de la relación en la que incluso, a penas, comienzan a tocar temas de dinero, y aceptar su ayuda económica en este punto podría resultar complicado en algunas dinámicas. Creo que lo primero es que se te ocurra un plan que puedas sostener por tu cuenta, y luego, si él quiere colaborar, puedes discutirlo.
De cualquier manera, te recomiendo que sigas hablando de tus finanzas regularmente. Una “reunión” mensual permanente para revisar las facturas y cómo les está yendo en general es una buena idea para todas las parejas, especialmente aquellas que necesitan práctica para hablar sobre el dinero.
Finalmente, no importa cuáles sean tus próximos pasos, asegúrate de pedir apoyo y orientación en el camino. He estado en posiciones similares en las que he metido la cabeza en la arena porque me sentí avergonzada o estúpida por un problema financiero, y la única salida es admitirlo ante alguien en quien confío. “Ya sea que necesites la ayuda de un terapeuta individual o de pareja, un asesor de deudas, tu pareja o tus padres, pídelo. Porque esa es la única forma en que lo vas a conseguir”, dice Cunningham. Esta puede ser tu deuda, pero no es tu única carga emocional.
Fuente: Artículo original en inglés por The Cut, I Have a Lot of Debt, and I Don’t Know How to Tell My Partner. Autor: Charlotte Cowles, 13 de enero 2022