La tarjeta de crédito es un medio de pago que te permite realizar consumos de bienes y servicios a nivel nacional e internacional. Funciona de forma similar al papel moneda, de ahí que también se le conozca cómo “dinero plástico”.
Como hemos dicho antes, en ProUsuario estamos para orientarte. En esta ocasión iniciamos una serie de publicaciones llamada “antes de que firmes”, con la finalidad de resumirte las pautas básicas a tomar en cuenta antes de firmar cualquier contrato de algún producto financiero.
En medio de la crisis mundial de salud que nos afecta, el entendimiento y cuidado de los factores que determinan nuestra salud integral cobra una especial importancia. Además de la salud física, otros dos factores importantes que impactan en nuestro bienestar son: la salud de nuestras finanzas y la salud de nuestra mente.
Tu manejo financiero describe tu trayectoria en el uso del crédito y permite que los bancos y asociaciones de ahorros y préstamos dibujen tu perfil de usuario.
Hoy, 15 de marzo, se celebra el Día mundial de los derechos del consumidor, y quisimos aprovechar para traerte varios consejos que de seguro harán que tu experiencia con tu entidad financiera, en lugar de generarte malestar, sea de beneficio.
Por idílica que sea la relación con tu entidad financiera, la convivencia provoca roces que pueden generarte malestar. Parte de tu tarea como usuario empoderado y responsable implica conocer los espacios con que cuentas para reaccionar cuando entiendas que una acción o política de tu entidad financiera te perjudica.
La tarjeta de crédito es ese instrumento que te permite acceso rápido a dinero facilitado por tu entidad financiera y que debes devolver en un plazo determinado.
La elección de tu entidad financiera es un paso sumamente importante a la hora de administrar tus finanzas. El papel de tu banco o asociación de ahorros y préstamos será crucial, no solo porque una buena elección te proporcionará seguridad, sino también porque te permitirá el acceso a los instrumentos idóneos según tus prioridades financieras.
Este es un inicio de año extraordinario, pues además del típico desequilibrio luego de las fiestas navideñas, a este enero se agrega la sombra de una crisis sanitaria global con fuerte impacto económico, expresado en la pérdida de empleos y el aumento de la pobreza.