Un reclamo recurrente de los usuarios financieros es que su entidad bancaria ha realizado cobros o deducciones sin su conocimiento o autorización expresa.
Como usuarios de productos del sistema bancario, es importante estar conscientes de la posibilidad de ser victimas de cualquier robo a la información personal o financiera. Cualquier acción que conlleve el uso de documentación personal nos expone a riesgos, especialmente al realizar diligencias o transacciones bancarias.
El acceso a la educación se encuentra estrechamente vinculado a mejores oportunidades laborales. Pero, en ocasiones, las aspiraciones académicas de muchos se ven limitadas por las fronteras nacionales, de manera que se deciden por adquirir su formación de grado o posgrado en el extranjero.
La compra de un vehículo constituye una de las metas financieras más frecuentes, pero a la vez uno de los gastos personales más significativos y, por lo tanto, con el potencial de desestabilizar las finanzas de cualquier simple mortal.
El uso del internet trae consigo diversos riesgos de seguridad. Los usuarios financieros no escapan de esta realidad. Algunas de las amenazas van desde el robo de datos personales y la clonación de tarjetas hasta las transacciones y pagos a través de plataformas fraudulentas.
La tarjeta de crédito es un medio de pago que te permite realizar consumos de bienes y servicios a nivel nacional e internacional. Funciona de forma similar al papel moneda, de ahí que también se le conozca cómo “dinero plástico”.
Como hemos dicho antes, en ProUsuario estamos para orientarte. En esta ocasión iniciamos una serie de publicaciones llamada “antes de que firmes”, con la finalidad de resumirte las pautas básicas a tomar en cuenta antes de firmar cualquier contrato de algún producto financiero.
La tarjeta de crédito es ese instrumento que te permite acceso rápido a dinero facilitado por tu entidad financiera y que debes devolver en un plazo determinado.