La vivienda ocupa un lugar fundamental en las finanzas personales y/o familiares. ¿La razón? Esta supone una necesidad indispensable que suele requerir una proporción elevada de nuestros ingresos.
Su adquisición encabeza la mayoría de las listas de sueños de la gente de nivel de ingreso bajo o medio, es decir, la mayor parte de la población. Por tanto, no es casualidad que se asocie con la realización personal.
Múltiples factores, además del económico, inciden en la decisión. Si ya la tomaste y tienes claro que quieres comprar un inmueble residencial, hay algunos parajes en los que debes detenerte antes de hacer la compra.
Desde el momento en que te propongas comprar una vivienda, lo ideal es que empieces a ahorrar con ese objetivo. No importa cuán lejano veas el sueño, lo sensato es que te vayas preparando con un fondo para tales fines.
Incluso si piensas apoyarte en un préstamo, debes contar con un ahorro inicial, que generalmente debe ser equivalente al 20% del valor total del inmueble. Este fondo debe distinguirse de tus ahorros para cubrir emergencias, para gastos educativos, celebraciones, etc.
Lo recomendable es que ahorres en un instrumento que te garantice los mayores rendimientos mientras llega el momento de dar el paso.
En nuestro mercado existen cuentas de ahorros programados para adquirir vivienda, algunas incluso facilitan el proceso de preclasificación para el financiamiento. También los certificados a mediano y largo plazo, dependiendo del tiempo que visualices tu meta, son una opción que debes explorar, pues suelen ofrecer retorno superior al que obtendrías en una cuenta de ahorros.
Ojalá que no te limites al inicial del préstamo hipotecario y puedas ahorrar una proporción más generosa con respecto al valor total del inmueble.
Familiarizarte con el mercado será una iniciativa muy inteligente. Hoy en día las herramientas digitales permiten obtener información de precios, comodidades, ubicaciones, entre otros aspectos, sin necesidad de trasladarte. También puedes buscar asesoría de un profesional de los bienes raíces, aprovechando su experiencia y conocimiento.
Para mayor eficiencia, determina claramente lo que buscas en cuanto a metros cuadrados, ubicación geográfica, vías de acceso, número de habitaciones, parqueos y baños. Esto no quiere decir que vayas con cero flexibilidad, pues dada la naturaleza de esta inversión, es muy probable que haya que negociar algunas preferencias.
Un buen ejercicio de observación constante te permitirá identificar los mejores precios y hasta te dará señales acertadas sobre el momento oportuno para materializar la compra. De todos modos, en la etapa adelantada del proceso de preparación, es importante que te hagas acompañar de alguien con conocimiento y experiencia en este mercado.
Antes de solicitar un financiamiento para estos fines debes fortalecer tu perfil crediticio. Esto implica crear un historial, exhibir un comportamiento de pagos favorable, de modo que tu score se encuentre en las mejores condiciones posibles.
Al tratarse de préstamos de sumas elevadas, las entidades de intermediación financiera serán muy minuciosas a la hora de evaluar tu perfil de riesgo y determinar si puedes ser o no sujeto de crédito.
La ventaja del préstamo hipotecario es que te permite disfrutar del nuevo hogar en menos tiempo, evitándote largos años de espera. La desventaja es que todo préstamo tiene devuelta y, en este caso, también tiene un costo. A mayor monto financiado, más tendrás que pagar en cuotas y durante más tiempo.
Tres consejos esenciales sobre este punto:
• No elijas la primera opción que se te presente. Analiza y compara las ofertas de varias entidades.
• Procura financiar la menor proporción que puedas, esto te permitirá más tranquilidad.
• Intenta aprovechar tasas relativamente bajas y fijarlas por el mayor tiempo posible, para reducir la incertidumbre.
• Que las cuotas no hagan colapsar tu presupuesto. En ningún caso deben afectar tu capacidad para cubrir tus demás gastos fijos.
Si eres de la minoría cuyos ingresos le permiten acumular el valor total de la vivienda que se ajusta a sus necesidades en el mediano plazo, puedes evitar el préstamo y los intereses que conlleva. En este caso, ten en cuenta que tampoco sería buena idea descapitalizarte para adquirir la vivienda con un solo desembolso.
Incluso debes prepararte para los gastos adicionales que podrías asumir con la compra del inmueble, como un seguro, un proceso de readecuación del espacio, la adquisición de muebles, pago de impuestos asociados, mantenimiento de la propiedad o gastos legales.
Nuestro artículo ¿Qué debo tomar en cuenta antes de firmar un préstamo? te puede ser de mucha utilidad en esta etapa. Además, nuestra calculadora puede serte de mucha utilidad para estimar la cuota mensual de tu préstamo.
Tómate todo el tiempo que requieras para reflexionar sobre este paso y no formalices un financiamiento hasta despejar tus dudas sobre este compromiso y con respecto a las características e idoneidad del inmueble que elijas.