El inicio de año puede ser una buena ocasión para revisar tus finanzas y replantearte la forma en que administras tu dinero.
Si eres un usuario financiero o estás a punto de adquirir alguno de los productos o servicios ofrecidos por las entidades de intermediación financiera, lo ideal es que conozcas la naturaleza de estas. Esto te permitirá establecer desde el inicio una relación que sea beneficiosa para tus finanzas personales o, si es el caso, corregir cualquier comportamiento que pudiera afectar la salud de tu bolsillo.
Una recomendación importante para manejar nuestros productos financieros es la de tener claridad del estatus en que se encuentra cada uno y conocer todas las condiciones que aplican respecto a los mismos, ya que cada acción que tomemos o dejemos de tomar es nuestra responsabilidad y trae sus consecuencias en nuestras finanzas.
Los cargos y consumos implican débitos de tu cuenta, pero no son lo mismo. Los cargos son aquellos débitos que se realizan en tu tarjeta o cuenta de manera automática por motivo de costos del producto.
Un reclamo recurrente de los usuarios financieros es que su entidad bancaria ha realizado cobros o deducciones sin su conocimiento o autorización expresa.
Se denomina gastos hormiga a aquellas compras que lucen demasiado pequeñas por sí solas para preocuparte, pero, cuando las ves consolidadas, pueden desequilibrar tus finanzas y empujarte al peligroso terreno del sobreendeudamiento.
En los últimos años el término educación financiera ha cobrado popularidad en distintos ámbitos. Su auge se explica porque antes era una expresión que utilizaban exclusivamente los expertos en el área económica. Hoy en día muchas personas han decidido conocer acerca de ésta, pues en una definición simple permite aprender a administrar e invertir los recursos. De esa manera, aprenden a obtener, administrar e invertir tu propio capital.
La administración adecuada de nuestros recursos es de gran relevancia en todas las etapas de la vida, y en la adolescencia es cuando alcanzamos el punto en que las decisiones económicas empiezan a cobrar otra dimensión. La adultez se encuentra a la vuelta de la esquina y las consecuencias de nuestros actos tienen mayores repercusiones.
Los ingresos extraordinarios son una bocanada de aire fresco para quienes casi atraviesan por la asfixia financiera. Constituyen la oportunidad perfecta para replantearte las cosas, reflexionar y reorientarte hacia el logro de tus metas sin morir en el intento.
Cualquiera puede sacarle el jugo a su dinero y convertirse en un inversionista. Pero no tan rápido. Lo ideal es que des este paso luego de haber desarrollado hábitos financieros sanos y madurado en tu relación con el dinero.