Cuando llegan los momentos de escasez, de crisis o sencillamente situaciones no previstas que afectan negativamente sus negocios, las grandes empresas suelen reducir gastos de forma inmediata, especialmente aquellos no productivos o dispensables.
La tarjeta de crédito es un medio de pago que te permite realizar consumos de bienes y servicios a nivel nacional e internacional. Funciona de forma similar al papel moneda, de ahí que también se le conozca cómo “dinero plástico”.
¿Qué se requiere para ser inversionista? Primero te vamos a decir lo que NO es necesario: tener una montaña de dinero. El mercado financiero ofrece múltiples opciones y algunas de ellas, de seguro, se ajustarán a tus posibilidades y te ayudarán a obtener el mayor rendimiento de tus ahorros mientras te preparas para el futuro.
Como hemos dicho antes, en ProUsuario estamos para orientarte. En esta ocasión iniciamos una serie de publicaciones llamada “antes de que firmes”, con la finalidad de resumirte las pautas básicas a tomar en cuenta antes de firmar cualquier contrato de algún producto financiero.
Los expertos coinciden en que el logro de los objetivos personales empieza con un simple plan de ahorros. Es la forma más saludable de cumplir nuestros deseos sin desequilibrar el bolsillo en el intento.
Los continuos tropiezos te han convencido de que necesitas tomar decisiones firmes, cambiar de rumbo y, por fin, convertir tus finanzas en un aliado para alcanzar tus metas.
Las mujeres administran mejor el dinero familiar, de acuerdo con varios estudios que exploran la materia. Ellas dedican una mayor parte de los ingresos a inversión en salud y educación, reduciendo la posibilidad de traspasar la pobreza a la siguiente generación
Semana Santa. Además de una celebración espiritual, se ha vuelto una oportunidad de escape para los citadinos que ansían destinos de sol y agua. ¿Eres de estos últimos? Antes de emocionarte y acelerar los planes para el asueto, recuerda que suele implicar cargas adicionales para tu bolsillo, con el potencial para desequilibrar tus finanzas.
Por idílica que sea la relación con tu entidad financiera, la convivencia provoca roces que pueden generarte malestar. Parte de tu tarea como usuario empoderado y responsable implica conocer los espacios con que cuentas para reaccionar cuando entiendas que una acción o política de tu entidad financiera te perjudica.
Los expertos de la conducta lo recomiendan: hay que aprender a decir que NO. Se trata de un hábito saludable que no solo puede traerte grandes beneficios en tus relaciones personales, sino también con tu banco o entidad financiera.